Para que Guinea Ecuatorial se transforme en un país abierto y justo, se requiere del involucramiento cívico de estudiantes jóvenes locales, activistas, periodistas, servidores públicos, abogados, y de muchos otros profesionales. Requiere una ciudadanía informada que pueda exigir que sus políticos y empresas rindan cuentas, y sea artífice de su propio destino.
En los últimos siete años, hemos sentado las bases de este movimiento y, durante ese proceso, nuestros socios locales han sufrido persecución, abuso físico, inhabilitaciones para ejercer su profesión y encarcelamiento. Hemos enfrentado acciones legales y nos han llamado racistas, colonialistas y enemigos del estado. Pero, unidos, como nuestro reporte anual lo muestra, hemos perseverado. Hemos liderado una campaña masiva para exponer a un gobierno corrupto y autoritario.